La oncología de precisión está revolucionando el tratamiento del cáncer al adaptar las terapias según los perfiles genéticos individuales. Este mapa conceptual proporciona una visión integral de los diversos biomarcadores utilizados en la oncología de precisión, destacando sus roles e interconexiones.
En el corazón de la oncología de precisión se encuentran los biomarcadores, que son cruciales para identificar las estrategias de tratamiento más efectivas para los pacientes con cáncer. Estos biomarcadores se pueden clasificar en alteraciones genómicas, marcadores proteómicos y biomarcadores circulantes, cada uno desempeñando un papel único en el diagnóstico y tratamiento del cáncer.
Las alteraciones genómicas son cambios en el ADN que pueden impulsar la progresión del cáncer. Los tipos clave incluyen mutaciones en el ADN, cambios en la expresión de ARN y variaciones en el número de copias. Las mutaciones en el ADN son cambios permanentes en la secuencia de ADN, mientras que los cambios en la expresión de ARN pueden afectar cómo se activan o desactivan los genes. Las variaciones en el número de copias implican cambios en el número de copias de un gen particular, lo que puede influir en el desarrollo del cáncer.
Los marcadores proteómicos se centran en el nivel de proteínas, proporcionando información sobre el estado funcional de las células. Esta categoría incluye la expresión de proteínas, modificaciones post-traduccionales y marcadores del microambiente tumoral. Los niveles de expresión de proteínas pueden indicar la presencia de cáncer, mientras que las modificaciones post-traduccionales pueden afectar la función de las proteínas. Los marcadores del microambiente tumoral ayudan a comprender la interacción entre las células cancerosas y su entorno circundante.
Los biomarcadores circulantes se encuentran en fluidos corporales y ofrecen una forma no invasiva de monitorear el cáncer. Incluyen células tumorales circulantes, ADN libre de células y exosomas. Las células tumorales circulantes pueden proporcionar información sobre la diseminación del cáncer, mientras que el ADN libre de células puede revelar mutaciones genéticas. Los exosomas son pequeñas vesículas que transportan información molecular, ofreciendo perspectivas sobre la biología tumoral.
El uso de estos biomarcadores en la oncología de precisión permite un diagnóstico, pronóstico y selección de tratamiento más precisos, lo que lleva a mejores resultados para los pacientes. Al comprender los biomarcadores específicos presentes en el cáncer de un paciente, los clínicos pueden adaptar los tratamientos para dirigirse a esas alteraciones específicas, aumentando la probabilidad de éxito del tratamiento.
Los biomarcadores de oncología de precisión están a la vanguardia del tratamiento personalizado del cáncer, ofreciendo esperanza para terapias más efectivas y dirigidas. Al aprovechar estos biomarcadores, investigadores y clínicos pueden comprender mejor la biología del cáncer y desarrollar estrategias de tratamiento innovadoras.
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